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El té, una forma de vida en ChinaEl té, una forma de vida en China
2006-01-31 00:00
 

Un dicho popular tibetano afirma que "un hombre puede estar sin comida durante tres días pero sólo un día sin té". Este dicho resume acertadamente la relación establecida entre el pueblo chino y el té.

Hace mil años los chinos ya competían para ver quién era el más hábil para cultivar, mezclar y hervir las preciadas hojas, para obtener la bebida con el sabor más intenso y el color más apetecible. Eran como grandes eventos deportivos en los que incluso participaban los gobernantes y los académicos. Estas competiciones de té, que se originaron durante la dinastía Tang (618-907), alcanzaron su momento de mayor esplendor en la dinastía Song (960- 1279).

La rivalidad entre el poeta Su Shi (1037-1101) y Cai Xiang ( 1012-1067), el escritor de "Registro de Té", fueron una de las más memorables de las que se recuerdan.

Cai eligió hojas de la mejor calidad y escogió agua de las montañas Huishan, una de las más preciadas en el país, para preparar su té. En competiciones anteriores nunca había perdido.

Pero para sorpresa de todos Su Shi ganó el concurso con un té realizado con agua hervida en bambu quemado.

Esta es sólo una de las interesantes historias que Liu Tong cuenta en su libro "Té Chino", cuya versión inglesa acaba de ser publicada por la China Intercontinental Press.

El descubrimiento y el uso del té tiene en China una historia de 4,000 o 5,000 años y su uso comenzó en las montañas del suroeste del país, donde zonas como Sichuan y Yunnan han sido tradicionalmente las grandes productoras de las preciadas hierbas aromáticas. Cuando la nueva bebida alcanzó otras zonas de China la gente se fascinó por él y su consumo se extendió rápidamente.

Pero fue con la dinastía Tang cuando el té alcanzó una gran popularidad ya que se inventó un método de hervir para sacar todo el sabor a las hojas de té. También fue durante esta dinastía cuando las Casas de Té se convirtieron en una sensación social y lo más importante es que "El libro del Té" se publicó durante el mandato de los Tang.

Hasta los tibetanos reconocen que la princesa Wencheng de la dínastia Tang (617-618) fue quien introdujo el té en su sociedad, cuando fue enviada por el emperador Taizong (que reinó desde el año 626 hasta el 649) para que se casara con el rey de Tubo, después llamado Tíbet, Songtsan.

Posteriormente, durante la dinastía Song el consumo de esta bebida se convirtió en una ceremonia y los académicos celebraban fiestas del té en las que medían sus habilidades en el procesamiento de estas hierbas.

¿Pero cómo es posible decidir cual es el mejor té? En aquellos tiempos el color y la espuma eran factores decisivos. El color blanco indicaba que las hojas utilizadas eran frescas, dulces y bien procesadas.

Pero el té más estimado era el llamado el pelo de conejo, que consistía en un té negro glaseado que se cocinaba en Jianyao Kiln al este del país. Este tipo de bebida a base de aceite negro creaba como líneas sobre el agua que evitaba que la espuma desapareciese.

Pero esta práctica fue abandonada en la dinastía Ming (1368- 1644). Zhu Yuanzhang, fundador de esta dinastía, decretó que sólo las hojas caídas de las plantas se podían utilizar para hacer té, ya que se necesitaba menos tiempo y era más sencillo ya que sólo había que calentar el té con el agua.

Ante la gran demanda de té se creó una ruta comercial que atravesaba las montañas y llegaba hasta la frontera suroeste. El té era cargado en caballos para ser llevado al Tíbet, a India, a Nepal y a otros países del sudeste asiático. La difusión del té desde china a todo el mundo se llevó a cabo por tierra y por mar.

Los británicos, grandes bebedores de té, comenzaron a importarlo en 1637, cuando sus barcos mercantes arribaron a Humen, en la provincia meridional china de Guangdong. Al principio importaban té verde, pero como los largos viajes no garantizaban la calidad ni el frescor de las hojas, posteriormente empezaron a importar té negro, con lo que cambiaron los hábitos de los británicos.

Desde luego, la mejor manera para experimentar hoy en día la cultura china del té es en las casas de té. Originalmente, estos locales eran como microcosmos donde personas de todas clases podían coincidir.

El escritor chino Lao She (1899-1966) escribió en 1956 una famosa obra teatral titulada "Casa del té", que ha sido traducida a varios idiomas. La obra ofrece un vivo reflejo de las idas y venidas de diversos personajes que vivieron entre los turbulentos años de 1898 a 1945.

Pero actualmente las casas de té son llamadas a menudo casas de arte y té. En ellas elegantes señoritas realizan espectáculos en los que cuentan las historias del té.

Sentado delante de una taza de té bien caliente, admirando el arte y las artesanía china s, uno comienza a apreciar la historia que hay detras de esta bebida china y a entender un poco más la idiosincrasía de este pueblo.

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