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Cómo evaluar el desequilibrio del comercio China-EE.UU.
2006-03-02 00:00
 La cooperación entre China y EE.UU. tiene muchos puntos de común, incluida la cooperación en lo económico y comercial. Las relaciones económicas y comerciales de los dos países se han desarrollado a alta velocidad. El comercio bilateral no pasó de 2.500 millones de dólares en 1979, mientras que en 2005, según estadísticas de China, ascendió a 211.630 millones de dólares. En la actualidad, EE.UU. es el primer país exportador para China y su segundo socio de comercio, y China, el cuarto país exportador para EE.UU. y su tercer socio de comercio.

La cooperación chino-estadounidense en el terreno económico y comercial es favorable a las dos partes. Para China sirve para promover el desarrollo económico y aliviar el problema del empleo. También tiene un significado importante para EE.UU. De acuerdo con estadísticas efectuadas por la compañía Morgan Stanley de EE.UU., en los diez últimos años los estadounidenses ahorraron cerca de 600.000 millones de dólares por consumir mercancías chinas, que son relativamente baratas. Se dice en broma entre estadounidenses que, desde el reloj despertador, el cepillo de dientes y las zapatillas de deporte para jogging, que se usan en la mañana después de levantarse, hasta la frazada que se emplea de noche para dormir, todas estas cosas son de fabricación china. Pero, por otra parte, China compra títulos de deuda de EE.UU., prestando así sus reservas de divisas a los inversionistas estadounidenses, los cuales las utilizan para hacer fortuna y dan a China sólo el interés. Así es cómo los estadounidenses se benefician de ello.

En el comercio China-EE.UU. existe un desequilibrio, con un gran superávit de China. Este es un hecho. Las dos partes deben sentarse a estudiar cómo resolver debidamente el problema.

En primer lugar, las normas y métodos de estadística utilizados por las dos partes son diferentes. Por ejemplo, las estadísticas de ellas sobre el superávit de 2004 no fueron iguales. Fue de 80.000 millones de dólares según la estadística china, y 160.000 millones de dólares según la estadística estadounidense. EE.UU. aplica el principio de "lugar de procedencia", tomando como exportaciones chinas las mercancías de China exportadas a EE.UU. por la región de Hong Kong y otros países. China sufre enorme déficit comercial en relación con Japón, Corea del Sur y países del sureste asiático. Según ese principio, las mercancías exportadas por EE.UU. a dichos países, al ser vendidas a China, también deberían ser incluidas en las estadísticas como exportaciones de EE.UU. a China. La estadística china basa los precios en FOB, y la estadounidense, en CIF, con la diferencia de flete y prima de seguro. La estadística de EE.UU. no tiene incluido el comercio de servicios, aunque de hecho este comercio, por ejemplo de bancos de inversión y compañías de asesoramiento de EE.UU., obtiene ganancias en China.

En segundo lugar, existe un problema de naturaleza estructural en el comercio chino-estadounidense. Las exportaciones chinas a EE.UU. son en su mayoría productos de categoría inferior mientras que las estadounidenses a China son en su mayoría productos de categoría superior. Las tecnologías de EE.UU. son las más desarrolladas en el mundo. Sin embargo, las estadísticas muestran que sólo unos 10% de altas tecnologías y de sus productos importados por China provienen de EE.UU.

En tercer lugar, debemos estudiar cómo realizar una mejor complementación mutua en la estructura de las exportaciones de las dos partes. Algunas industrias estadounidenses, como por ejemplo la textil, también enfrentan el problema de reajuste estructural. Para decirlo con franqueza, incluso limitando la importación de textiles chinos, la industria textil de EE.UU. difícilmente podría competir con la de México y de países del sureste asiático, cuyos costos de producción de textiles son más bajos que los estadounidenses.

China no tiene la intención de buscar superávit excesivo. Desea un equilibrio en lo fundamental en las importaciones y exportaciones. China y EE.UU. deben estudiar juntos el método de disminuir el desnivel comercial en vez de politizar el problema del comercio. Un congresista estadounidense describió en su discurso el desequilibrio del comercio EE.UU.-China como sigue: "Vean ustedes: todos los barcos que van de China a EE.UU. están plenamente cargados, pero los que van de EE.UU. a China son vacíos". Esto no tiene nada de extraño, puesto que lo que vende China a EE.UU. son zapatos, juguetes y confecciones, que deben ser transportados por barcos, que resultan ser cargados plenamente; lo que EE.UU. vende a China son softwares y chips, que no necesitan transportarse por barcos. Y los expertos que prestan servicio financiero y de asesoramiento a China van allí seguramente en avión.

Por un lado, debemos tener presente la gran importancia de las relaciones económicas y comerciales entre China y EE.UU. para los dos países e incluso para la paz y el desarrollo de todo el mundo; y, por el otro, es preciso darse cuenta de que resulta difícil evitar el surgimiento de fricciones y problemas en el proceso del desarrollo de las relaciones económicas y comerciales y hace falta que las dos partes efectúen análisis y estudio concienzudos en procura de una solución apropiada.
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