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Declaraciones de canciller japonés sobre Taiwán dañan lazos China-Japón
2006-02-07 00:00
 

Expertos diplomáticos chinos señalaron ayer que las descaradas, reiteradas y provocadoras declaraciones hechas por el ministro de Relaciones Exteriores de Japón, Taro Aso, distorsionan la historia, han ofendido de manera importante al pueblo chino y empeorarán aún más las relaciones entre China y Japón.

Aso manifestó el pasado domingo en Fukuoka que "gracias a la significativa mejoría en los estándares educativos y en la alfabetización (durante la colonización), actualmente Taiwán es un país con un muy elevado nivel de educación que se mantiene al nivel de la era actual".

An Ran, experto en el movimiento antijaponés de Taiwán, afirmó que durante los 50 años de régimen colonial en Taiwán, los imperialistas japoneses no sólo impusieron de manera deliberada su cultura colonial sobre la población local, sino que también hicieron todo lo posible por reprimir la cultura tradicional china, esclavizando y asimilando al pueblo taiwanés a través de movimientos ideológicos y espirituales.

"Estos movimientos faltaron a la cultura tradicional y el espíritu étnico independiente valorado por el pueblo taiwanés y generaron un gran desastre en lugar de hacer una aportación a la sociedad taiwanesa", declaró An.

Taiwán ha sido parte inalienable de China. En 1895, después de una guerra de agresión con China, Japón obligó al gobierno de la dinastía Qing (1616-1911) a firmar el inequitativo Tratado de Shimonoseki y ocupó por la fuerza Taiwán.

Tras la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial en 1945, Taiwán fue devuelto a China, de acuerdo con lo establecido en la Declaración de Postdam y la Declaración de El Cairo.

Aso, canciller de línea dura que expresa lo que piensa, mencionó en octubre pasado poco después de asumir su cargo, que China y la República de Corea son las únicas naciones del mundo que se muestran quisquillosas con respecto a las visitas al Santuario de Yasukuni.

A fines del año pasado, Aso atacó a China diciendo que "está empezando a representar una amenaza considerable".

El 28 de enero, Aso señaló que una visita al santuario por parte del emperador "sería lo mejor". El domingo, Aso una vez más, hizo comentarios absurdos en los que glorifica la historia invasora de Japón.

"No es coincidencia que Aso haga estas declaraciones derogatorias, sino que son un reflejo del profundamente arraigado pensamiento de las fuerzas de la derecha en Japón", enfatizó Liu Jiangyong, profesor de la Universidad Qinghua en Beijing.

Los expertos indican que desde que China y Japón normalizaron sus lazos en 1972, el tema del reconocimiento de la invasión japonesa y del problema de Taiwán han sido durante mucho tiempo elementos claves que han afectado las relaciones bilaterales.

"Las declaraciones de Aso vinculadas con el tema de la invasión y de Taiwán, son una obvia provocación hacia China y un desafío descarado a la base de los lazos bilaterales", precisó Liu, quien ha estudiado las relaciones entre ambas naciones durante más de una década.

Yao Wenli, investigador de la Academia de Ciencias Sociales de China, apuntó que las relaciones China-Japón deben basarse en la revisión correcta de la historia, lo cual puede ser resumido como "tomar la historia como un espejo y mirar hacia adelante en el futuro".

"Pero el máximo diplomático japonés adoptó un punto de vista incorrecto de la historia al endulzar la historia de la agresión y describir a la isla de Taiwán como 'un país'", explicó Yao, quien agregó que la acción de Aso constituye una violación al espíritu de la Declaración Conjunta China-Japón y al compromiso del gobierno japonés.

"Como ministro de Relaciones Exteriores, Aso se encuentra en posición de enmendar las agrias relaciones China-Japón. Pero el hecho es que no busca la paz, sino problemas", sostuvo Liu, quien comparó la acción de Aso con "echar leña al fuego", lo cual ha dañado aún más las relaciones que ya eran tensas entre China y Japón.

El hecho de que Japón no aborde de forma correcta el problema histórico ha generado la condena de la comunidad nternacional.

En la XLII Conferencia de Munich sobre Política de Seguridad concluida el sábado en la ciudad de Munich, Alemania, un grupo de delegados, encabezados por un delegado alemán, preguntó al viceministro de Relaciones Exteriores de Japón, Yasuhisa Shiozaki, "¿Por qué continúa el primer ministro japonés Junichiro Koizumi visitando un santuario que rinde homenaje a criminales de guerra a nivel mundial?".

Poco después de las declaraciones de Aso, el vocero chino del Ministerio de Relaciones Exteriores, Kong Kuan, mencionó estar "estremecido" y expresó la "fuerte indignación de China por la declaración del canciller japonés en la que abiertamente glorifica la historia de la invasión".

"La acción, que equivale a levantar una roca para dejarla caer sobre el propio pie, desafía la justicia y la conciencia humanas y en última instancia no beneficiará a Japón", añadió Kong.

Los expertos sostienen que las desafiantes declaraciones de Aso también reflejan sus propias ambiciones políticas personales. "Para ganar la competencia política, Aso adoptó una actitud de línea dura hacia China, en un intento por ganarse a la derecha japonesa y presentar una imagen de político duro", explicó Liu.

Koizumi y Aso afirmaron a principios de este año que Japón mejorará aún más sus lazos de "amistad" y "cooperación" con China con miras hacia el futuro y señalaron que este es un principio "inquebrantable" de su gobierno. Sin embargo, los expertos señalan que el comportamiento de Japón difiere mucho de esta declaración y que hace que los ciudadanos duden de su sinceridad en cuanto a mejorar la relación con China.

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