El 4 de agosto de 2022, hora local, el consejero de Estado y ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, refutó resueltamente la declaración relacionada con Taiwán emitida por los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Siete (G7), al margen de la serie de reuniones de ministros de Relaciones Exteriores sobre la cooperación de Asia oriental en Nom Pen.

Wang Yi dijo expresó que tanto las causas y los efectos como los aciertos y los errores respecto a las tensiones en el estrecho de Taiwán son muy claros. Es Estados Unidos el que ha provocado los problemas; es Estados Unidos quien ha creado la crisis; y también es Estados Unidos el que ha escalado incesantemente las tensiones. La provocación flagrante de la parte estadounidense ha sentado un mal precedente. Si no se corrigiera tal enfoque y no se tomasen contramedidas contra ello, ¿para qué serviría el principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países? ¿Cómo se podría defender el derecho internacional? ¿Y cómo se podría garantizar la paz regional?

Wang Yi enfatizó que la declaración de los ministros de Relaciones Exteriores del G7 confunde el bien y el mal distorsionando los hechos y lanza críticas infundadas contra las medidas razonables y legítimas de China encaminadas a salvaguardar la soberanía y la integridad territorial. ¿De dónde han obtenido tal derecho? ¿Quién les ha permitido estar en posición de hacerlo? ¿¡No será extraño y ridículo proteger a quien ha violado los derechos ajenos y acusar a aquel que ha actuado en defensa de sus derechos!?

Wang Yi dijo que el comportamiento erróneo del G7 ha despertado una tremenda indignación entre el pueblo chino. La soberanía y la independencia de China y otros países han sido ganadas por sus pueblos tras arduas y cruentas batallas, y nunca se permitirá que vuelvan a verse violadas de forma injustificada. La China de hoy ya no es la misma en el siglo XIX. ¡La historia no debería repetirse ni se repetirá de ningún modo!

Wang Yi indicó que la comunidad internacional debería oponerse explícitamente a cualquier acción que desafíe el principio de una sola China y resistirse a toda violación a la soberanía y la integridad territorial de todos los países. A los países de la región les incumbe aún más solidarizarse y oponerse a los actos desenfrenados de practicar la política de la fuerza y la prepotencia en esta región. Solo de esta forma se podrá verdaderamente salvaguardar bien la respectiva seguridad y mantener adecuadamente la paz y estabilidad regionales.